Se dice que los seres humanos somos " animales de costumbres", y
tal vez eso explique, que hayan tantos infelices que se aferran a un
trabajo que odian.
Muchas de estas personas, pueden intentar un cambio, pero el miedo
tiende a prevalecer sobre la supervivencia intelectual y emocional.
Si no nos gusta una forma de vida, podemos cambiarla por otra.
La inmensa mayoría de los adultos, nos resignamos a mirar nuestra
vida como si fuera algo ajeno a nosotros, un programa aburrido que
emiten por televisión. Expresiones como " hay que trabajar, la vida es
así", encubren en el fondo, el miedo a revolucionar una realidad
insuficiente y agotada.
Se puede aceptar nuestra invisibilidad, o bien entender, que el
destino nunca está tan en nuestras manos, como cuando llegamos
a un callejón sin salida: Nuestros momentos más sublimes, es
probable que tengan lugar, cuando nos sentimos abatidos, infelices
o insatisfechos. "Pues sólo en estos momentos empujados por la
insatisfacción, somos capaces de salir del camino trillado, y empezar
a buscar respuestas más verdaderas en otros senderos".
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