Cuando se ausente o decaiga el pensamiento, resultará
bastante difícil, mantenerse activo, y acompañar esa luz
tan necesaria, que alimenta las ilusiones y sueños que
forman parte de nuestra razón de vivir.
Sabemos que algunas presencias, proporcionan a la
madrugada, ese brote de gloria que la transforma en
claro día...
No es conveniente, esparcir la esperanza de la vida,
por donde tan solo hay sombras y desasosiego. Hay
que intentar ser consciente, y ver la belleza que nos
rodea, si no queremos vernos desplazados...
En esos momentos que todos tenemos de soledad,
nos sentimos como humo en el aire, viendo como
el viento, decide jugar con nosotros al declinar la
tarde.
En ocasiones, nuestra alma suele vagar por la prosa
buscando refugio, que rompa el silencio.A pesar de
ello, seguiremos buscando la fragancia deseada en
los suspiros anhelados.
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