miércoles, 5 de febrero de 2020

CONCLUSIÓN



Cada amanecer, abrimos los ojos con la finalidad de
plantar cara al nuevo día, la vida  se restablece en
la gran ciudad, que nunca duerme, y sus gentes se
integran a las ocupaciones más diversas y variopintas.
La premura por llegar al centro de trabajo, se acrecienta
llegando al punto de perder, la buena costumbre del saludo
-cosa propia de las buenas relaciones sociales-.
Resulta curioso observar, como en tan solo contadas
ocasiones, decidimos ver la parte buena o positiva de
las personas, en lugar de hacerlo de la parte negativa.
Creo, que la mayoría de los días, son buenos para
descubrir nuevos aspectos y actos valiosos...
Deberíamos hacer un alto de vez en cuando en nuestro
caminar diario, para contemplar las cosas agradables
de nuestro entorno...
Todos sin excepción, tenemos derecho al enfado, a
la alegría, al triunfo, al fracaso, a las ilusiones,a tener
un buen o mal día,en definitiva a ser feliz y vivir en paz.

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