El vino, elemento líquido procedente de la vid
legendaria, viene a ser como una materia carnal
del recuerdo.
Un buen caldo, actúa como inicio de una
mesa bien dispuesta, el estimula los sentidos si
se bebe con adecuada mesura.
Suele ser un buen pretexto, para la existencia
de una buena convivencia en una mesa bien
dispuesta.
En realidad, un buen vino, es comparable con
el mejor adorno que podamos tener o lucir
en nuestras manos.
El, desempaña el papel de anfitrión en toda
mesa amena...
Saber comer, es un exponente de buena
educación, pero saber beber con prudencia,
es manifestación que denota estar en posesión
de un gusto refinado.
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