Uno de los errores que muchos tenemos, es pensar que llegado un determinado momento, la luz natural se termina, pero nada más lejos de la realidad...
¡El fulgor del relámpago, sigue viviendo en quien lo vio!!,
Esa luz, jamás se termina, y menos aún, si es realmente tuya. Debemos alentar la esperanza, de ese modo, el corazón seguirá latiendo con la misma cadencia y fuerza para mantener el cuerpo activo.
La luz, sirve para alumbrar nuestro camino senderos y vericuetos por los que debemos transitar, durante nuestra corta estancia en este planeta.
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