Hay personas, que en determinados momentos, se sienten isla de reposo en medio del mar de la vida. Quien a ella arriba, es fácil que se olvide de la tormenta pasada. En la misma, se nos invita al solaz descanso, pues el agua que la rodea es pura y sin mormullos.
La lluvia allí, es suave como los pétalos de las rosas tempranas...
La niebla, suele mostrar su mejor cara, y la oscuridad al igual que la propia luz, gozan de igual belleza.
¡Brindemos por el día de mañana, pues el día de hoy, pasará en breve!!.
Allí desean permanecer, en la misma e inalterable ubicación, observando como la brisa, ha decidido peinar las copas de los pinos salvajes, impregnándolas con el aroma de las olas blancas, bajo ese cielo de color azul pastel, y ligeras nubecillas blancas...
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