Henley escribió este verso:" Yo soy el dueño de mi destino, y capitán de mi alma", habría podido informarnos, que somos los dueños de nuestro propio destino, porque somos, ante todo, los dueños de nuestras actitudes. Estas configuran nuestro futuro.
Se trata de una ley universal. Habría podido decirnos, que esta ley actúa tanto si ellas son destructivas o constructivas.
La ley afirma, que convertimos en realidad física los pensamientos de pobreza con la misma rapidez con que convertimos en realidad los pensamientos de riqueza.
Sin embargo, cuando nuestra actitud hacia nosotros mismos es positiva, y hacia los demás es generosa y compasiva, atraemos grandes parcelas de éxito
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