Al ser honesto contigo mismo a cerca de lo que crees, y actuar de acuerdo con tus principios, al margen de lo que puedan pensar o decir otros, promueves una sensación de paz interior, que te transmite un fuerte sentido de merecimiento.
Hay que examinar con cuidado los pensamientos, en todos los ámbitos de la vida, edentificando aquellos que no estén en armonía con nuestras acciones.
Luego, debemos trabajar cada día para alcanzar mayor grado de congruencia interna que satisfaga nuestras normas personales.
Podremos ver, que los comportamientos que nos causan disgusto, empiezan a desaparecer promoviendo una sensación de equilibrio que nos aportará paz. Esta nos hará sentirnos dignos, y al irradiar eso hacia el mundo exterior, éste devolverá lo mismo.
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