viernes, 29 de diciembre de 2023

Recuerdos

 


Entre nubes de oro y nácar, se esconde tu ser divino, y tu voz
perdida en el viento se escucha ya. El mundo te dará cuanto
quieras y será tuyo. Lamento que no sea nada nuevo lo que
digo, el tema es viejo y la palabra un tanto rancia, también
está trillado el camino por el que suelo andar con asiduidad,
hacerlo es toda una arrogancia.
Tú la hoguera del sol alimentas, revistes el cielo de color
azul, coronas a la aurora de luz , música al río le das, y 
aromas a las olas del mar.
Vano es llorar a la juventud perdida, e inútil buscar algún
remedio a nuestros daños.
No sabes, hasta que punto, me gusta contemplar tus
senos tan finos, pulidos como lengua de lebrel, son como
pórticos de limones, desviados por la canal que asciende
hasta el principio de tu garganta.

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