sábado, 17 de enero de 2015

ELOGIO DE LA RUTINA


Hay quien critica la búsqueda de la felicidad en lo excepcional,
cuando parece ser, que ésta se encuentra en lo cotidiano.
"Le debemos la vida a la rutina; no sería posible casi nada, sin
la repetición de lo ordinario. Lo que sucede, es que para comprender
el valor de la rutina, y superar el horror a lo invariable, hay que percibir
el diseño de la vida".
Cada día es diferente y distinto en la engañosa apariencia
de su repetición.
Si le molesta la tenacidad de la rutina piense que lo nuevo que tanto
satisface a los aburridos por la costumbre, surge por la tentativa
de mejorar lo corriente. En las cosas normales de cada día, está la raíz
de una vida feliz.
Mirando a lo más alto, me apunto al ensalzamiento de la vida ordinaria,
-la experiencia real y no lo imposible y quimérico-, porque éste,
es el único modo humano de construir una buena existencia.
Las cosas cotidianas de las que nos quejamos, es lo primero que extrañamos
cuando algo nos arrebata la normalidad.
Los enfermos de larga duración, experimentan añoranza por rituales
cotidianos, como tomar un café en el bar, dar un paseo, o incluso
acudir al trabajo que antes tanto nos disgustaba.
¡Por esa razón, debemos disfrutar de ellos, dándole brillo día tras día
a nuestra vida!!.

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