Cuando los propósitos abandonados, superan los realizados,suele deberse a dos causas: o nos trazamos objetivos poco realistas,
o adquirimos el mal hábito de posponer.
Por regla general, solemos encontrar mil excusas que sirvan de
justificación, pensando que terminaremos haciéndolo.
Las personas que posponen ciertas acciones, se debe a que padecen
del síndrome de " autoduda",es decir que no confían en sus
posibilidades, además de tener una baja tolerancia a la presión...
La solución está, en reconocer el problema y elaborar un plan de acción
realista. hay que confeccionar una hoja de ruta personal revisable
semanalmente, para saber si estamos cumpliendo el rumbo marcado.
Una vez en marcha, veremos que aquello que nos parecía difícil,
ha dejado de serlo.
Este paso, nos ayudará a terminar con la autoduda y la ansiedad
que nos produce el posponer aquello que deseamos.
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