El miedo es un indicio falso que parece real.
Los cenizos y agoreros pueden contraponer a esta idea
que el mundo está en decadencia, y nos espera un oscuro
porvenir.
Pero si analizamos la cuestión con rigor, el futuro es aquello
que todavía no ha acontecido y, por lo tanto, nadie sabe que nos reserva.
De nada sirve, consultar el horóscopo o leer las previsiones de los
grandes especialistas en tendencias.
Cuando hablamos de futuro, todo son estimaciones,porque el
verdadero oráculo del porvenir, es la propia persona.
Lo que venga, no caerá del cielo, sino que será el resultado
de miles de decisiones personales tomadas en el presente.
Sin duda, nuestras expectativas condicionan el futuro
porque marcan el tono con el que actuamos día a día, pero la buena
noticia, es que también podemos decidir, cómo contemplamos
el mundo...
"Si en lugar de mirar la oscuridad que separan a los astros, nos fijamos
en la luz que emana de ellos, encontraremos nuestro rumbo
en medio de la noche".
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