El día a día poblado por cientos de estímulos, nos
lleva al agotamiento y la dispersión. El teléfono móvil,
Internet, la radio del coche, la televisión, todas estas
distracciones, proyectan nuestra mente en muchos
frentes y nos impiden " darnos cuenta " de lo que en
realidad estamos haciendo.
" La atención hace el genio; todo lo que aprendemos,
imaginamos y descubrimos, depende de la calidad de
nuestra atención.
La atención, construye puentes, abre nuevos mundos
y cura enfermedades, sin ella, las cosas dejan de tener
gusto, y una buena parte de las bellezas del mundo
pasarían desapercibidas. Por lo tanto, debemos ganar
cierto grado de atención sobre nuestra propia vida.
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