El pasado día, al salir del sueño en el cual estaba
inmerso, y enfrentarme a la luz del día, pude
comprobar como se disipaban mis miedos...
La penumbra de la noche solapada por la
incertidumbre, no deja muchas alternativas
que ayuden a combatir tanta necedad existente.
Al anochecer, decidí regresar por el camino de
costumbre, pero comprobé que éste de esfumó
de igual modo, que lo hace el humo de la paja
seca.
Creo,que esperaré otra oportunidad, pues tengo
marcado interés en saber, hasta que punto es
cierto, eso que algunos dicen, que los seres
humanos pueden llegar a amarse y odiarse en
solo unos momentos.
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