miércoles, 1 de abril de 2020

AQUELLA VEZ



Recuerdo el primer día que me encontré contigo.
Mi corazón de madera, floreció con un verde nuevo,
y por mi sangre, corrió un escalofrío, que me dejó
traspasado en medio de la plaza del suspiro...

Reconozco que fue la primera vez, que quise de
ese modo, me consideré ebrio de cariño y desnudo
de conveniencias, ¡como quijote con armadura de
lirios!!.

Se, -de forma sobrada- que te quise del mismo modo,
de día que de noche, y también cuando el trigo le
habla de amor a la tarde, bajo la sombra morena de
los olivos.
¿Qué lluvia, o cariño loco quiso transformarme
en yedra que crece pegada a tu cintura?

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