Quiero decirte como se arrugan los besos, como se
marcha a bobotones la vida, mientras que el corazón,
mantiene sus sístoles y diástoles, para seguir cumpliedo
su cometido.
Debemos aceptar, como retumban las horas, mientras
están asomadas al balcón del futuro incierto.
Nos enfrentamos a la nueva primavera, a pesar de
venir algo cansada de tanta incertidumbre soportada.
Nos asustan, los días vacíos de contenido, por oler a
fracaso y asfixia...
Somos muchos, los que esparamos, que al llegar la
mañana, el sol ilumine nuestras calles, y la ciudad
que nunca duerme, se sienta identificada.
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