martes, 14 de julio de 2020

Nuestros abismos



No hay preparadas caídas ni trampas, no hay nada
que nos deba atormentar ni dar miedo. Estamos puestos
en la vida, como en el elemento a que somos afines, y
hemos llegado a ser, por una milenaria acomodación, 
tan semejante a esta vida que, cuando nos estamos
quietos, apenas se nos puede distinguir de lo que nos
rodea, por un feliz mimetismo. No tenemos ninguna
razón para desconfiar de nuestro mundo, pues no está
contra nosotros.
Si orientamos nuestra vida solamente según el principio
que nos aconseja mantenernos siempre en lo difícil,
entonces, lo que ahora se nos aparece todavía como
lo más extraño, se convertirá en lo más familiar y
fiel a nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario