martes, 24 de noviembre de 2015

COMO DESACTIVAR LA IRA


Puesto que la clave para desactivar la furia, es reconocerla,
hay que empezar cuestionando la propia emoción negativa
que nos domina. Si la reconocemos, evitaremos que nos
intoxique el pensamiento, el cual acabará derivando en
acciones de consecuencias indeseables.
Una es hacernos conscientes cuando el acto está sucediendo.
Esta es la primera dificultad. Tomar conciencia del acto mismo.
Dos es atrapar el pensamiento cuando está surgiendo. Esto
sólo puede hacerse cuando hemos cruzado la primera barrera.
El pensamiento, no es muy sólido, pero si lo suficiente para
que lo podamos ver, sólo tenemos que practicar un poco.
Sentados, en silencio, simplemente observaremos nuestros
pensamientos: como surgen, como toman forma, cómo se 
quedan, como hacen su nido, y cómo después nos abandonan.
Tres, es actuar antes de que se produzca, es decir, cuando
es un sentimiento...Si somos capaces de tomar conciencia
del pensamiento, entonces, tarde o temprano seremos -con
seguridad-, conscientes de sus sutiles matices.
Cuando aprendamos a dominar estas tres dificultades,
lograremos un control absoluto sobre la ira, con lo cual no
tendremos que invertir tiempo y energía en deshacer entuertos.
Sin duda, seguiremos expuestos a los altibajos y desvaríos
de las personas de nuestro entorno, pero nuestra respuesta
será siempre mesurada.




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