En una ocasión, preguntaron a Ernest Hemingway, cual era
el método para escribir tan brillantes descripciones literarias.
El autor lo resumió de forma simple."Hay que hablar de lo que
hay, en lugar de lo que no hay". No tiene sentido reflejar en el
papel, lo que falta en una habitación, porque lo que interesa a
los lectores, es lo que está allí. Al centrar nuestra atención en
lo que hay, movilizamos nuestros recursos para alcanzar nuestros
objetivos, cualquiera que éstos sean.
En el ámbito de la seducción, una persona sin especial atractivo,
pero consciente de un solo rasgo favorecedor-por ejemplo los ojos-,
probablemente tendrá más éxito que otra con todos los atributos de
belleza, pero que está acomplejada por una parte de su cuerpo que
no le gusta. Resumiendo: Independientemente de su atractivo
físico, las personas seductoras, enseñan a su cuerpo a hablar de
lo que hay, en lugar de lo que no hay.
Esto es aplicable a cualquier actitud...Enfocar los aspectos
positivos, ayuda a multiplicar su poder, mientras que si nos dejamos
arrastrar por nuestras carencias, éstas, nos paralizarán.
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