domingo, 25 de septiembre de 2016

CONCENTRAR LA ENERGÍA


Hay que concentrar la energía en un periodo limitado
de tiempo.Si la empleamos mal, habrá un desgaste y
resultará difícil evitar las desastrosas consecuencias 
que se ello resulte.
Para evitar este riesgo, en los embates de la vida diaria,
debemos saber administrar con sabiduría los momentos
de la lucha y las pausas, pues el arco que está siempre
en tensión, termina rompiéndose y deja de tener utilidad.
En la brevedad de los esfuerzos está, en todo caso, la
clave del rendimiento. Una hora dedicada a la lectura
atenta, por ejemplo, produce mejores resultados que
tres horas de lectura distraída, que conducen a la apatía
y la fatiga. No dilapidar el tiempo y las energías, garantiza
que sabremos estar a la altura de los momentos -en cierto
modo- culminantes.

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