lunes, 11 de enero de 2016

ELOGIO DE LA RUTINA


La búsqueda de la felicidad, no está en lo excepcional,
se halla en lo cotidiano: " Le debemos la vida a la rutina;
no sería posible casi nada, sin la repetición de lo ordinario.
Lo que pasa, es que para comprender el valor de la rutina
y superar el horror a lo invariable, hay que percibir el diseño
divino de la vida...Cada día es diferente y todo es distinto
en la engañosa apariencia de su repetición. Si le molesta
la tenacidad de la rutina, piense que lo nuevo, que tanto
satisface a los aburridos por la costumbre, surge de la
tentativa de mejorar lo corriente. En la sublimación de las
cosas corrientes de cada día, está la raíz de una vida feliz.
¡Mirando a lo más alto, ensalzo la vida ordinaria!.
La cotidianidad de la que tanto nos quejamos, es lo primero
que echamos en falta, cuando algo nos arrebata la 
normalidad. El enfermo de larga duración que ingresa en
un hospital, suele experimentar cierta añoranza por rituales
tan cotidianos, como tomar un café en el bar, dar un paseo
e incluso acudir al trabajo que antes le disgustaba.
Por eso, mientras podamos disfrutar de ellos, es importante
dar brillo a estos raíles por los que transcurre, un día tras
otro, nuestra vida.

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