martes, 12 de enero de 2016

LA GENEROSIDAD


Cuando actuamos para cumplir nuestros deseos de 
forma inmediata, sin tener en consideración el interés
de los demás, socavamos e incluso desmoronamos
la posibilidad de alcanzar cierta felicidad duradera.
Si por ejemplo vivimos en vecindad con otras familias
y no pensamos por un solo instante en su bienestar,
nos privamos de la oportunidad de beneficiarnos de
su compañía.
Si no, imaginemos una situación en la que conocemos
a una persona; es posible que vayamos a comer con
ella, y eso nos costará un dinero. A pesar de ello habrá
una buena ocasión de cimentar una relación que tal vez
nos depare grandes beneficios en años venideros.
A la inversa, si cuando conocemos a una persona, se
nos presenta la ocasión de defraudarla y la aprovechamos
aunque habremos ganado en el acto una determinada
cantidad de dinero, lo más probable es que hayamos
destruido la posibilidad de beneficiarnos a largo o corto
plazo de una interacción continuada con ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario