lunes, 7 de septiembre de 2015

ACEPTACIÓN



La aceptación de uno mismo, tiene una faceta física,
igual que la tiene el rechazo de uno mismo. Debemos
fijarnos, en como los niños intentan a veces no sentir lo
que sienten.
Su pecho se contrae, y su respiración se torna más
fatigosa. Eso mismo nos sucede a los adultos.

Cuando negamos o rechazamos, lo primero que 
hacemos, es dejar de respirar.
Cuando aceptamos, nos relajamos  respirando hondo, 
nos abrimos evitando cerrarnos en banda.

La actitud de aceptación básica de uno mismo, conlleva
decirse: elijo valorarme a mi mismo, tratarme con
respeto, defender mi derecho a la existencia...
Este es aún un nivel más profundo de aceptación de
uno mismo que admitir algún pensamiento,
sentimiento o acto que resultan molestos...
¡Aquí, es donde comienza la autoestima!!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario