En el espectro negativo del efecto Pigmalión se encuentra
lo que los psicólogos denominan " profecía del autocumplimiento".
Tiene lugar, cuando estamos tan convencidos de que nos
sucederá algo malo que, inconscientemente, actuamos de
manera que acaba haciéndose realidad.
Aquí tenemos tres ejemplos prácticos:
- Un hombre acude a la cita con la mujer de la que está enamorado,
pero se siente tan inseguro y tiene tanto miedo a fracasar que, sin
darse cuenta, va cometiendo torpezas y se precipita hasta que el
encuentro, acaba siendo en efecto el último.
- Una mujer va a un acto social convencida de que no será aceptada.
Para conseguir el resultado contrario, se esfuerza en caer bien, con
lo que resulta empalagosa, y termina cosechando el rechazo que
tanto temía.
- Un conductor inexperto va por la carretera con el miedo a sufrir
un accidente, con lo cual se pone nervioso y con ello aumenta
las posibilidades de que se produzca la desgracia.
Una manera sencilla de que las cosas nos salgan bien, es
dejar de elaborar profecías que condicionan nuestros actos de
forma negativa.
Si no somos capaces, de proyectar una mirada positiva sobre
la situación, como mínimo dejamos libertad al futuro para que
nos lleve donde tengamos que llegar.
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