Quien ha tenido la suerte, de alcanzar,la libertad de la razón.-aún en cierta medida-,no puede por menos, que sentirse un verdadero caminante..
El, sentirá con interés y alegría, el mirar con los ojos bien abiertos, cuanto está a su alrededor, de ese modo, podrá guardar las sensaciones en su mochila,-compañera inseparable de viaje-,para en determinado momento abrirle la puerta a la nueva luz.
El buen caminante, es preciso que tenga alma de vagabundo, fuerza, y entereza,para evitar atar su corazón a cualquier situación que se presente sin haberla solicitado previamente...
En su interior, anida una verdadera pasión que le obliga, a cambiar de paisaje con frecuencia.
El, pasará alguna que otra mala noche, pues cansado de tanto caminar,llegará tarde a la ciudad, y la puerta que debería concederle el acceso y posterior acogida, la encontrará cerrada..Pero dada su condición, de luchador nato, se limitará a esperar el nuevo amanecer, con la intención de proseguir con la misma ilusión su periplo, por los senderos y vericuetos de la vida!!
Completamente cierto.
ResponderEliminarSomos muchos los que nos sentimos caminantes.
Cuando llegues a un sitio, como si fueras a estar en él toda tu vida; aunque hayas de partir al día siguiente. Sólo así se puede encontrar en cada lugar lo que de bueno y agradable tenga, sin que los recuerdos te empañen la actualidad.
algunos somos caminantes ,sin caminos , sólos ,con nuestra imaginacion y , la fuerza de la aventura en nuestro espíritu.
ResponderEliminarAhora tienes el poso necesario para conseguir tu camino .....
"caminante enamorado de las estrellas "