domingo, 24 de junio de 2012

ES UNA REALIDAD


Creo y entiendo con claridad meridiana y suficiente, que una persona,a los veinte años,puede llegar a estar loca de amor, pues la pasión desenfrenada puede alterarle incluso el sano juicio.En cambio, al cumplir los treinta,-siendo su primer amor-, la situación es bien distinta. Se muestra mucho más discreta y cautelosa, el motivo es evidente: No se enamora de forma impetuosa!!.
En éste caso, la seducción es más suave,detecta los posibles riesgos,donde en la juventud incipiente, solo percibe éxtasis.
A los cincuenta, quien se enamora de una persona mucho más joven, es capaz, de realizar locuras sublimes, debido a vivir efectos adormecidos..pero aún a pesar de ello, sigue caminando con paso firme, manteniendo los ojos bien abiertos..
¡Cuida con esmero de su orgullo! y procura e intenta- por todos los medios-evitar la sensación de estar angustiado.
¡La manera de sonreir, la forma de hablar, e incluso los andares de cualquier ser humano, son el fiel reflejo, que muestra,de forma inequívoca, cual es la verdadera, condición de su corazón!!

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