La niebla del camino se disipó, y con ella, se evaporó el encanto..
Te busqué de forma incesante, llegué incluso hasta aquel viejo roble, el cual, tenía la savia dolorida de afrontar con pasividad el paso de los años..
Traté incluso de buscarte en aquella estrella gigante que le sirve a Dios de trono; ella,me comentó, que te habías marchado cabalgando a lomos del corcel de la sombra..
Fue entonces, cuando apareció en mi mente una sutil escena vivida hacía algún tiempo, en la que contemplé sobre la tupida hierba, un grupo de jóvenes eufóricas bailando una danza ancestral, similar a la que ejecutan las mujeres jóvenes del sur de la Melanesia. Sus largos cabellos de color azul-violáceos, quedaban suspendidos en el aire, mientras ellas, inclinaban sus cabezas como vencidas por el peso soportado.
Había momentos, que las cabelleras de las mujeres, y el ramaje fino de los árboles se confundían..
Al terminar la danza, se alejaron sinuosamente del lugar, bordeando el pequeño estanque plagado de nenúfares de tallo largo..
Al instante contemplé, como la luna de ojos azules, me ofrecía su grata compañía!!
Escuché con el sentido despierto el canto del viento, pero mis oídos denotan cierto cansancio de tanto sentir sonidos sin ton ni son.
Al emprender el regreso, pude ver una golondrina en presuroso vuelo...¿tratará de posarse en la rama de algún árbol?, o seguirá su vuelo hasta llegar al deseado nido donde la espera su fiel y amada compañera..
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